Si el Señor quiere...
In memoriam de Dan Swanson.
“Si el Señor quiere haremos esto o aquello…” Santiago 4. 13 – 17.
NOTAS PARA LA REFLEXION DE FIN DE AÑO
La carta de Santiago, escrita a finales del siglo I o principios del siglo II, es considerada, no solamente ética (haláquica), sino también profética y sapiencial.[1] O sea que nuestro texto bien lo podríamos colocar dentro de los apartados ético y sapiencial, pues tiene la finalidad de impregnar un comportamiento sabio, pero también una forma de caminar (haláquico) y encarar el futuro, descubriéndose así su carácter ético, para la comunidad cristiana esparcida especialmente en toda el Asia Menor. En cuanto a su estructura propongo la siguiente:
Vamos ahora los que decís:
A. Iremos, estaremos, traficaremos y ganaremos (saben negociar), v. 13.
B. No sabéis lo que es la vida? Neblina que aparece y se desvanece, v. 14.
X. Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello, v. 15.
B’. Os jactáis, toda jactancia es mala (y breve como la vida), v. 16.
A’. Saber hacer lo bueno, y no hacerlo, es pecado (no saber “negociar “).
Como bien se ha detectado, finalmente la frase inicial, que nos sirve a manera de introducción, nos recuerda el capítulo donde se habla de lo difícil que se torna el domado de nuestra lengua (Santiago 3. 1 – 12), la ligereza con la que sacamos nuestros pensamientos y ofendemos al prójimo y a nuestro Creador. Se nos hace muy fácil decir las cosas (en este caso se aplica que “de lo profundo del corazón habla la boca”). En un intento de explicar la estructura o bosquejo, de entrada tenemos que recordar la relación existente entre los incisos. Por un lado (A) tenemos a quienes se están devorando al mundo, con todo lo que ello implica; a quienes trafican con toda clase de objetos (incluyendo personas, por supuesto); a quienes explotan y ganan a toda costa y, por el otro lado (A´), nos encontramos a quienes no hacen (o no hacemos) absolutamente nada, notándose una pasividad total. Se observa claramente los opuestos: en los primeros se ve mucho movimiento, inquietud; demasiado tráfico de actitud y de pensamientos, cosa que en el otro grupo no se nota, quedando así éstos a merced de los primeros. Como bien comenta Pablo Deiros: “Para el cristiano, el pecado no es solo hacer y decir aquello que viola la ley de Dios y ofende a su prójimo. El pecado consiste también en el fracaso de usar todas las oportunidades para hacer el bien. La inacción puede ser un pecado mortal y el silencio un error funesto”.[2] Pasando ahora a los incisos B, llegamos al tema de la jactancia (vv. 14 y 16). ¿Por qué os jactáis? El apóstol echa por tierra todo eso al recordarnos nuestra fugacidad e insignificancia terrenal (vita brevis y tempus fugit), sobre todo cuando renunciamos a los valores del reino de Dios. Creemos poder controlar nuestro propio destino y esto se compara a llevar una vida atea: planeando y viviendo como si Dios no existiera. Y dice Proverbios 27: 1, “No te jactes del día de mañana, porque no sabes que dará de si el día”. Y la parábola del hombre rico es un buen ejemplo de eso (Lucas 12). Se transparenta aquí una jactancia del futuro, una planeación de la vida y del destino como si fuéramos nuestros propios dueños; una apropiación del calendario, del trabajo y de las inversiones. Hasta nuestros antepasados compartían esa idea fugaz de la vida:
YO LO PREGUNTO (Fragmento)
Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.[3]
Llegamos así al centro de la estructura quiásmica, C (v. 15): “En lugar de lo cual deberíais decir…”, si de usar la lengua se trata (apareció dos veces) esta debería ser siempre en correlación con el dueño de nuestros órganos. En este caso la forma hace juego con el fondo: en el centro de nuestro mundo y de nuestra propia existencia debe estar siempre Dios, proyectada en la frase: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”. Podemos ver algunos textos los cuales se relacionan con planes o despidos y se nota lo siguiente: Hechos 18: 21. Romanos 1: 10. Romanos 15: 32. 1 Corintios 4: 19. Hebreos 6: 3. Una y otra vez sobresale: “Si es la voluntad de Dios”, “si Dios quiere”. Frase aparentemente innecesaria. Es como si el apóstol nos recordara que es importante domar la lengua enseñándole a decir: “Si el Señor quiere”, domando con ello vidas y corazones.
Y lo que sigue, en estricto orden de prioridades es: “viviremos”. Qué importante es saber vivir la vida, valorar la vida. El vivir se antepone al hacer esto o aquello. Sin odios, sin remordimientos, sin venganzas, etc. El texto nos invita a saber vivir, y por supuesto, tiene mucho que ver con el saber con – vivir, siempre en relación con los demás. En el tenor de nuestros antepasados del sur del continente se relaciona con el sumak kawsay: el buen vivir: vivir en armonía con los demás seres humanos y la naturaleza, sobre la base de la unidad, la solidaridad y la empatía. Y entre nuestros nahuatlacos, esto tiene que ver con in ixtli, in yolotl: rostro y corazón. Es decir, adquirir un rostro y un corazón que dé sentido a nuestras vidas, no con base en el lucro y la explotación, sino en la hermandad y sororidad con nuestras hermanas y hermanos. O como bien decía Ernest Bloch a propósito de la Isla del Sol: “En la Isla del Sol existe un colectivismo económico, la alegría y el trabajo son comunes, se educa en la concordia y la comprensión, y el trabajo es obligatorio para todos”. La idea es precisamente saber vivir, saber disfrutar la familia, el trabajo, el juego, las cosas o actividades que hacemos para que el reino de Dios sea una posibilidad en nuestro mundo. Que Dios nos dé su bendición en este año 2017 en todos los aspectos y, “si el Señor quiere” (Ἐὰν ὁ κύριος θέλῃ) nos vemos en el 2018. Feliz Año Nuevo.
[1] Sigo aquí a Severino Croatto, “La carta de Santiago como escrito sapiencial” en RIBLA No. 31.
[2] Pablo Deiros. Santiago y Judas. Miami: Caribe, 1992 (Serie: Comentario Bíblico Hispanoamericano).
[3] Poemas de Netzahualcóyotl. Citado, en Lo que los mexicas pueden enseñarnos sobre la felicidad y el buen vivir. Disponible en: http://masdemx.com/2016/12/aztecas-felicidad-buen-vivir-educacion/