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La Tierra

"Habitamos un ser vivo, que al igual que nosotros siente, sirve, cambia, se renueva…"


Septiembre 8, 2017


Ayer noche un temblor con epicentro en Chiapas conmocionó a muchos habitantes de diversos estados de la República Mexicana, yo incluida…

He de confesar que me asustó más la duración de este sismo que la vibración que producía, por un momento pensé '¿Cuándo va a terminar?', y cuando al fin pude reaccionar y hacer consciente lo que ocurría, culminó. Inmediatamente, ingresé a mis redes sociales para informarme de lo ocurrido, y sin esperar, este acontecimiento se había convertido ya en el tema del momento; al día de hoy, aun se comenta desde diversas perspectivas sobre sus impactos y consecuencias, sin dejar de lado las interpretaciones y significados que se le añaden no sólo desde el campo geológico, sino también desde el ambiental, ecológico, ideológico, e incluso religioso.


Es impresionante la capacidad de análisis y de relación de la mente humana, inmediatamente, este suceso se prestó para correlacionar los actuales fenómenos naturales que están impactando a la vida humana y a la Tierra, como una protesta de nuestro planeta ante el uso inconsciente y explotador que hacemos de ella, como si fuera su manera de "defenderse" o demostrar el poder que tiene para "aplacarnos", como si estuviéramos inmersos en una afrenta. En realidad, sólo Dios sabe el trasfondo y el propósito de todo cuanto sucede, si es consecuencia o es causa, y para qué está sirviendo; lo que sí sabemos nosotros, es que este no es el primer sismo que ocurre en la vida de la Tierra, ni tampoco estamos presenciando los primeros huracanes, por tanto, la Tierra no atenta contra el humano, simplemente estamos viviendo sus cambios; quizá, el registro estadístico de estos sucesos de unos años para acá y el compararlos, nos lleve a la conclusión de que nuestros actos están incidiendo de alguna manera en provocar impactos mayores, y quizá puede ser cierto…, aún no sabemos si en este ser vivo llamado "Tierra", somos células de vida o parásitos que destruyen…


Lo que quiero pensar, es que por ser nosotros una "especie privilegiada" sobre este planeta, podemos elegir qué papel jugar aquí, si ser constructores y eslabones en el proceso de vida y cambio, siendo comunidad con la Tierra, o si sólo ser consumidores, desechadores y destructores que no contribuyen a la regeneración y flujo de vida que ésta alberga.


¡Podemos elegir!, y ese es el gran poder que tenemos los seres humanos y del cual hacemos uso según la amplitud de nuestra consciencia y nuestra capacidad de amar. Podemos enmarcarnos en el contexto de que este mundo fue creado para nuestro servicio y disfrute, o ampliar nuestra percepción integrándonos dentro del ciclo de vida que compartimos con todos los seres de esta Tierra, e incluso ella misma, entendiéndola como un ser "vivo", que siente, se transforma, se renueva, se nutre, cambia…, para mantener los ciclos que le permiten la preservación y continuidad del gran soplo de vida.


La Tierra, como un ser íntegro, no está exenta de lo que la habita y la rodea, también se ve afectada por lo que sucede o deja de suceder en ella, y necesita de procesos para mantenerse y renovarse, tal vez se purifica a través de corrientes de aire, de la lluvia, del movimiento, y es muy probable que por ello conozcamos 4 estaciones al año…, así que por más explicaciones científicas y razonables que busquemos y por más que la estudiemos, comprender su totalidad sólo sería posible si fuésemos ella misma, y aun así, es muy posible que el entendimiento total fuese una utopía, pues el cambio es un factor que siempre la lleva a ser diferente.


Tal vez..., no se trata de entender a nuestro planeta, o de buscarle explicaciones…, quizá, es suficiente con amarle y entendernos parte de esta Tierra para poder habitarla en armonía, aun cuando pensemos que es gobernable…; basta un poco de empatía para dejar de temer a su grandeza, y así vivir preparados en y con ella para ser parte de sus ciclos en aceptación, adaptabilidad y renovación; elegir comprendernos como células que conforman comunidades con misiones específicas para la perpetuidad y experimentación de la vida, y servir y ser servidos con gratitud y propósito, buscando el bienestar de las demás comunidades celulares que también habitan el mismo cuerpo, y trabajar en conjunto en pro del equilibrio, pues lo que afecta a uno, afecta a todo.


Pensemos en "bien ser", para "bien estar", para "bien vivir", amemos a nuestro planeta, agradeciendo la vida que perpetúa, y ¡ámate a tí!, ama a tus semejantes…, ama a la vida y sus procesos; actúa con consciencia y empatía, y sé sensible a lo que puede sentir la Tierra..., sé una célula que se transforma y se mantiene sana, que sirve con propósito, pues no fuiste diseñado ni elegido para vivir en apariencia de parásito que sólo se sirve de la Tierra para alimentarse de ella y saciar su ambición; recuerda que tú también estás cumpliendo un ciclo y que tu materia no es eterna para darte la identidad que hoy tienes; no viniste aquí a sólo consumir y "disfrutar" de la riqueza del mundo, vinimos a ser parte de la vida, del equilibrio y por ende, a ayudar a la Tierra a lo mismo!

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